jueves, 28 de abril de 2016

El



Quería seguir tomando su mano, sentir su calor y las palpitaciones de su corazón, pero algo andaba mal; tome su mano, él ahora estaba frío y su corazón ya había dejado de latir, tome su mano con fuerza pero ya no recibí su respuesta.

domingo, 17 de abril de 2016

Testigo


Caminaba por las calles de la gran ciudad; el centro siempre era tan colorido no importaba si era de día o de noche, las luces brillaban por todos los establecimientos que estaban abiertos. Llegue a una colonia que era conocida por la inseguridad de sus calles, me sentía muy sola, cuando pase frente a una pequeña casa, era de dos pisos, ya estaba algo deteriorada y las paredes necesitaban pintura; vi que las luces del primer piso estaban encendidas y dos siluetas se asomaban en una de las ventanas, podía notarse como si hubiera una lucha entre ambos, me acerque un poco y varios gritos provenientes de adentro me sorprendieron, lo que hizo que caminara con un poco más de cautela, un ruido que parecía un golpe bastante fuerte sonó; quería pedir ayuda a las autoridades pero no había ninguna cerca del lugar y no llevaba mi celular conmigo, por eso decidí mejor no entrometerme en problemas ajenos, iba a salir del jardín cuando la puerta principal se abrió, entonces me escondí entre los arbustos; un hombre bastante corpulento salió de la casa con un bulto sobre sus hombros, era algo envuelto con una sábana manchada, no podía distinguir lo que venía debajo de ella, la luz del alumbrado público no era buena y no me ayudaba desde donde yo estaba, aquel hombre se acercó a una camioneta que estaba estacionada frente a la casa, comencé a caminar hacia la entrada para poder salir rápido de ahí; aquel sujeto dejo el bulto en el suelo mientras abría la cajuela y al acercarme un poco la luz de la calle me ayudo a ver que las manchas de aquella sábana eran en realidad sangre, y que bajo ella había un cuerpo inmóvil, sin vida.

miércoles, 6 de abril de 2016

Mi muñeca

Mi muñeca no dejaba de llorar; mi papá me la había comprado en un bazar la semana pasada, pero esta era la tercera noche que mi muñeca empezaba a llorar a la mitad de la noche y no podía callarla con nada. Camine al cuarto de mis padres, ya no podía aguantar una noche más con esos lloriqueos en mi habitación.
-Papi, otra vez esta llorando- dije despertandolo
-Cariño, te he dicho que le quites las pilas después de jugar con ella- dijo mi padre sentandose en la cama; tomó a la muñeca en sus manos y abrió la tapita de las pilas para quitarselas, pero mi muñeca no tenía ninguna pila.