sábado, 19 de marzo de 2016

El juego





-¿Quieres decirme porque estamos en este lugar?- Preguntó Rosa mientras entraban en el túnel.
-Tu aceptaste ayudarme, además esto será divertido imagina que seremos famosas si subimos este video a internet, cuando juguemos moveremos mucho la cámara y hablaremos como si tuviéramos miedo y así lograremos crear el efecto como si algo hubiera pasado- Respondió Ana
-No creo que por un video falso nos volvamos famosas- exclamó Rosa, y suspirando dijo -no entiendo como lograste convencerme de hacer esto-
-Porque eres mi mejor amiga, ahora ya deja de quejarte y ayudame con la cámara, también pásame las velas de la mochila, ¿quieres?- dijo Ana entregándole la cámara a Rosa y señalándole la mochila, para que sacara las velas que llevaba para el juego. Rosa sostuvo la cámara mientras le daba las velas a Ana, la cual preparaba el libro y todo lo demás.
-¿Por qué quieres hacer esto?, sabes perfectamente bien que hacer esto puede ser peligroso, acaso ¿no recuerdas los videos y las historias que leímos en internet?- le reclamó Rosa a su amiga. Ana le contestó –Internet es la cuna de las mentiras, podrías dejar de estar de aguafiestas, es hora de comenzar- Rosa se puso nerviosa, miraba hacia todos lados, como si esperara lo peor; después de unos minutos le dijo –Ana, deberíamos regresar a mi casa, mejor veamos una película; esta idea es absurda, no vas a lograr nada-. Ana enojada le contestó -¡Estás loca! No, yo me quedare aquí y terminare el juego, si quieres vete-
-No podría dejarte aquí sola, cualquier lunático podría salir de entre aquellos árboles o podrías encontrarte con ladrones o vagos, eres mi amiga y por eso te digo que estaríamos mucho más seguras en mi casa- le dijo a su amiga en un tono muy nervioso -Oye de verdad no quiero hacer esto-.
Ana bastante molesta le dijo –Si vas a quedarte toma los cerillos y prende las velas, si vas a seguir quejándote mejor vete antes de que oscurezca por completo-. Rosa decidió quedarse, prendió las velas y vio a su amiga sacar un bote de sal, extrañada por verla crear un circulo a su alrededor decidió preguntarle -¿Para que la sal?-, Ana le respondió, mientras la miraba –Para nuestra protección, ahora pasame el libro por favor-. Rosa decidió no preguntar más, pues Ana era su mejor amiga y no quería crear una pelea entre ellas; podría pensar que Ana se contradecía a sí misma, pues primero decía que su video sería una farsa, pero hacía un círculo de sal para su “protección”.
El juego ya había comenzado; mientras tanto la cámara grababa a ambas chicas que permanecían dentro del círculo, con la luz de las velas encendidas que era lo único que iluminaba aquel solitario túnel; cada una hacia una pregunta y buscaba la respuesta escondida en la página del libro que señalaban al azar, para esto habían seleccionado un libro viejo con pasta dura de color rojo, como debía ser, según las instrucciones de aquel juego. Después de un par de preguntas, el aire comenzó a tornarse frío y el ambiente tomo cierta pesadez; Rosa, quien ya estaba nerviosa desde que llegaron al lugar, dijo –Creo que deberíamos de terminar el juego, ya casi será la una de la mañana y tanto mis padres como los tuyos, comenzaran a preocuparse-; Ana sin ninguna objeción acepto. Siguiendo los pasos terminaron su juego, apagaron las velas y las recogieron junto con la cámara; ambas caminaron juntas hacia la casa de Rosa, donde dormirían, sin decir palabra alguna.
Ana fue la primera en abrir los ojos, lentamente se levantó de la cama, pero al mirarse al espejo fue tanto el susto que se llevó, que su grito despertó a Rosa, quien de un brinco se cayó de la cama y horrorizada con la mirada clavada en su espejo, leyó un mensaje que decía: “El juego apenas comienza”, ambas vieron que atrás suyo una silueta oscura se ocultaba entre las cortinas.

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